Jerry Rivera sobre Lalo Rodríguez: “Soy quien soy, casi 90%, por él”

El cantante Jerry Rivera fue uno de los primeros en arribar ayer a la funeraria Ehret, para presentar sus respetos a su colega y amigo Lalo Rodríguez, fallecido el pasado 13 de diciembre, a los 64 años.

Hoy, acompañó al Canario de Carolina en su retorno a la Tierra de Gigantes, donde familiares, amigos y seguidores, se congregaron en la Plaza de Recreo para despedirlo.

“Le debo mucho a Lalo, lo digo públicamente: soy quien soy, casi 90%, por él”, expresó Rivera durante el acto religioso.

“Los bendigo en el nombre de Dios Todopoderoso, por hacer acto de presencia en honra a mi héroe, mi ídolo, mi inspiración, la persona que cuando yo escuchaba solo música rock suave de Journey, Air Supply, él me puso a mí escuchar salsa por su melodía…Lalo ha sido un amigo para mí, un hermano, un padre. Ha sido más allá que todo eso que podemos darle nosotros como personas. Él sembró su semilla dentro de mi corazón”, agregó, a la vez que se disculpó con los medios por rechazar ayer entrevistas, pues consideró “deshonroso” hablar primero que la familia.

En el evento también estaban los hijos de la voz de Devórame otra vez, Jeramel, José Juan, Linda y Yariel, así como su exesposa Wanda Torres.

La música de Rodríguez retumbaba de las bocinas de la plaza, frente a la Iglesia San Fernando.

Primero fue la lluvia y luego el candente sol, pero nada desalentó el deseo de despedirlo.

“Siempre lo recordaré como una de las voces más privilegiadas en la salsa que hemos tenido. Hay que recordarlo por su legado y no dejarlo morir. A los jóvenes les corresponde seguir oyendo la música de nosotros, la salsa”, insistió Víctor Feliciano, de 60 años.

En la despedida también se encontraban Juan Arias y Evelyn Rivera, pareja amiga del fenecido.

“Lalo siempre fue un hombre bien humilde. Es de pueblo, nunca fue orgulloso. Donde quiera que iba él cantaba y nos trataba como hermanos. Es el Canario de Carolina y seguirá siéndolo”, aseguró Rivera.

Para Arias, la noticia del fallecimiento del compositor fue “un golpe duro”.

“Ya descansa, el Señor se lo llevó, pero es una pérdida grande para el género. No solo como cantante, sino como compositor. Desde que lo escuchamos cantar desde niño, ya todos sabíamos que era una estrella. Una voz irrepetible. Lo vamos a extrañar, pero su música no morirá jamás”, expresó el carolinense.

La ceremonia continuó con la Orquesta de Tommy Olivencia, previo al sepelio del artista, pautado para la 1:00 p.m. en el cementerio Santa Cruz.

Nacido el 16 de mayo de 1958 como Ubaldo Rodríguez, se inició en la música a los siete años, aunque fue a los 16, cuando grabó por primera vez junto a la Orquesta de Eddie Palmieri, quien lo nombró Lalo. Hasta entonces, su apodo era Lolo. Ese disco, The Sun of The Latin Music, le mereció su primer Grammy.

Trabajó también con Machito y Tommy Olivencia. Su estilo en la salsa romántica le ganó un espacio junto a Eddie Santiago y Frankie Ruiz.

Su etapa como solista la inició en 1980 y la mantuvo hasta su deceso.

Alexandra Acosta Vilanova

 

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