Celia Cruz no soportaba a Rita Montaner. Esta y otras confesiones grabadas en su propia voz

La vida de Celia Cruz (1925-2003) contada en su propia voz formará parte de un archivo digital que estará disponible para el gran público el próximo verano. Se trata de una iniciativa de Omer Pardillo, albacea de La Guarachera, que se suma a sus múltiples esfuerzos por preservar su legado.

“Desde hacía tiempo quería sentarme a revisar las cientos de entrevistas que Celia había grabado durante más de 50 años de carrera, pero no ha sido hasta ahora que aproveché el confinamiento para organizar y digitalizar aquellas grabaciones que estaban registradas en videos y cassettes obsoletos, que con el tiempo corrían el peligro de deteriorarse”, dijo Pardillo, que desde hace varias semanas se dedica a tiempo completo a transferir el material en los estudios M Plus Media Group, de Miami Lakes.

La tarea es ardua porque se trata de más de 100 horas de testimonios personales que revelan muchísimos acontecimientos desconocidos por los seguidores de la estrella.

Entre los curiosos sobresalen las impresiones de su primer viaje a Nueva York, en 1957, tres años antes de abandonar su país para siempre. En él narra que la llegada a la gran ciudad la impactó de tal manera que la aterrorizó, al extremo de que a la hora de dormir ponía la cama contra la puerta de la habitación en que se hospedaba en el Hotel Bryan, por temor a que la asaltaran.

En otro testimonio describe su primera visita a Ciudad de México, a principios de la década de 1950, donde llegó junto con Pérez Prado y Las Mulatas de Fuego. En esa grabación da fe del éxito que tuvieron en Terraza Casino, uno de los centros nocturnos más prestigiosos de la capital.

Las entrevistas están llenas de anécdotas simpáticas y muchas curiosidades. En una de ellas cuenta qué sintió cuando se desplomó la tarima en que cantaba en un concierto en Esmeralda, Ecuador, ante la avalancha del público.

En otra recuerda la vez que visitó un hospital de Hato Rey, Puerto Rico, y los pacientes salieron en masa de sus salas para demostrarle su admiración, provocando una algarabía, al punto que el director le pidió que se marchara.

“La gente siempre sintió una fascinación especial por Celia. Como nunca tuvo aires de diva, la veían como un miembro de la familia”, comentó Pardillo, que en su pesquisa descubrió el testimonio de la cantante sobre su colega Rita Montaner, donde confiesa que nunca tuvieron buenas relaciones.
“Celia no hablaba mal de nadie, pero nunca pudo negar su aversión por Rita, que en una ocasión le mandó a quemar los zapatos antes de salir al escenario del cabaret Tropicana”, dijo Pardillo, tras recordar que en otra entrevista la artista se declara absolutamente católica sin vínculo alguno con la santería.

Al referirse al destino que tomará el material digitalizado, el albacea anunció que será incluido en un podcast para uso de aquellos interesados en la vida de la cantante.

En cuanto a otros proyectos, anticipó que “Celia vive”, la exposición con objetos personales de la cantante que ocupó el Museo Americano de la Diáspora Cubana de Miami durante dos años, se presentará en Santa Cruz de Tenerife en octubre.

Entretanto, prepara un libro con fotografías emblemáticas de la estrella, que verá la luz en el próximo año, junto con una serie biográfica en inglés que producirá la compañía californiana Endemol Shine Group.

“El legado de Celia Cruz es inabarcable, pero nuestro deber es preservarlo lo más posible para las próximas generaciones”, concluyó Pardillo.

ARTURO ARIAS-POLO

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