Grado Honorífico en eterna admiración

El pasado sábado 27 de abril, se hizo historia en Puerto Rico con la presentación que realizó Willie Rosario y su Orquesta, a casa llena – abarrotada – en el Coliseo José Miguel Agrelot, donde celebró sus 100 años de vida.

Fernando Luis Rosario Marín, nombre de pila del veterano músico, nació en el pueblo de Coamo el 6 de mayo de 1924, y al cumplir los 17 se trasladó con su familia a Nueva York. Allá estableció su propia orquesta en 1960 (hecho que también se celebra al alcanzar 64 años como director de la misma). En 1973, Rosario regresó a su Puerto Rico querido para continuar con su propuesta musical. Bajo su atinada dirección, han pasado muy buenos cantantes, entre ellos, Frankie Figueroa, Adalberto Santiago, Miguel Barcasnegras “Menique”, Chamaco Rivera, Junior Toledo, Guillo Rivera, Josué Rosado, Primi Cruz, Luisito Vergara, Choco Orta, Bobby Concepción, Bernie Pérez, Tony Vega y Gilberto Santa Rosa. Su fórmula orquestal comenzó con tres trompetas, pero no fue hasta que decidió integrar un saxofón barítono que estableció un sonido nuevo y explosivo, con arreglos bien elaborados por sus arreglistas favoritos, Bobby Valentín, Louie Ramírez, José Febles y José Madera, entre muchos otros. Este gran colectivo salsero, comandado por el también proclamado “Míster Afiqnue”, se ha distinguido por lo cerrado de su base rítmica, su sonido sólido y pesado, acentuado musicalmente con cuatro trompetas y un saxofón barítono.

En la noche del sábado su espectáculo comenzó entrando en tarima el niño Gerardo Gabriel, hijo del cantante y percusionista, Gerardo Rivas y nieto del cantante de El Gran Combo de Puerto Rico, Jerry Rivas. Este jovencito, que claramente se perfila como un excelente percusionista, dio inicio a la velada con un solo de timbales, que entonces, tras la proyección de un vídeo de la trayectoria de Willie, marcó la entrada del homenajeado de la noche. Tan pronto el Maestro Willie Rosario apareció en tarima, el público se puso de pie para rendirle una sonora ovación. Sin decir palabra, el Maestro marcó el primer número, “De Barrio Obrero a la 15”, entrando a escena su cantante original, Chamaco Rivera. En alas de la nostalgia, nos trasladó a esos años de gloria de la “salsa pesá”, escuchándose su voz como en aquellos tiempos en los que reinaron con el tema en las listas de éxitos.

La noche continuó con la actual ofensiva vocal de la Orquesta de Willie, destacándose temas como “Ojalá te vaya bonito”, éxito de Junior Toledo, y “Anuncio clasificado”, bien pegado por Primi Cruz. En este momento, el talentoso joven, Manolito Rodríguez, entró a sustituir a Rosario en los timbales para tocar con la orquesta. Detalle que realzó la producción al Maestro dar espacio al llamado relevo generacional.

A tono con el programa, la noche siguió entrando en calor con canciones como “Échame la culpa a mí”, en la voz del juvenil Erick Robles, y ¨Juventud Siglo XX¨, esta vez actualizada en su letra y coro como “Juventud del presente”. Esta última fue interpretada por Manolito Rodríguez quien brilló con su estilo muy particular.

El encuentro con la cadencia salsera continuó con la presentación del trompetista, compositor y arreglista puertorriqueño, Humberto Ramírez, quien tuvo en la Orquesta de Willie Rosario su primera plataforma musical, luego de completar sus estudios musicales en los Estados Unidos. Humberto fue director musical y arreglista de la orquesta de Willie por cuatro años a mediados de la década de 1980. En la noche del sábado el talentoso trompetista interpretó la composición, “Mr. Afinque” que realizó para su más reciente producción discográfica, “Better Days” en honor a su mentor Willie Rosario. A paso seguido la noche cadenciosa dio espacio a la interpretación de “Cha, cha, ri, cha”, tema que originalmente grabara el cantante Guillo Rivera y que en esta ocasión fue interpretada por, José De Jesús, uno de los más recientes adquisiciones de la orquesta.

El repertorio rítmico continuó con el desfile bailable de números como “Los Compadres”, “Preparen candela” – en un tremendo arreglo de Bobby Valentín – interpretado por Manolito Rodríguez, y donde también se destacó con un solo de timbales el niño Gerardo Gabriel. Erick Robles retomó el micrófono para cantar los éxitos “Cantor” y “El callejero”, popularizados originalmente por Pupi Torres con la orquesta de Willie. En este punto cabe destacar que Robles probó su gran talento junto al colectivo musical que se escuchaba potente, dejando al público encendido.

El plato fuerte de la noche fue, sin lugar a dudas, la presentación de Gilberto Santa Rosa y Tony Vega para interpretar sus grandes éxitos con la leyenda viviente de la salsa.

En su intervención, Tony Vega interpretó “Amigo el Payaso”, “A toda Cuba le gusta”, “Arrepentidos pecadores” (enfatizando su conversión al cristianismo luego de haber pasado por una delicada crisis de salud), terminando segmento con “Busca el ritmo” y “El flamboyán”. En honor a la verdad, su voz, ya sea por motivos de salud o por otras razones, careció en este importante concierto de la brillantez que le distinguió en otras épocas. ¡Una pena!

Gilberto Santa Rosa, como es su costumbre, dominó la tarima a gusto y gana, echándose al público en un bolsillo con sus interpretaciones, soneos e improvisaciones. El Caballero de la Salsa interpretó magistralmente sus éxitos junto a la orquesta de Willie, “Babarabatiri”, “Obra sellada”, “La mitad”, “Me tendrán que aceptar” y “Chango Ta Beni”. En este último número se integró un elenco de bailadores donde sobresalió, Mike Ramos, exmiembro de El Gran Combo de Puerto Rico y uno de los fundadores de Los Mambo Aces en Nueva York.

Luego de una pausa, Gilberto, Tony y Willie dieron las gracias al público por su presencia, y Gilberto procedió a presentar a algunos de los invitados de la noche como fueron Bobby Valentín, Ismael Miranda, Virgen “Choco” Orta, Tito Nieves, Domingo Quiñones y Luisito Carrión. Ya, con el espectáculo llegando a su fin, Santa Rosa y Vega interpretaron uno de los temas favoritos del maestro Rosario, “Gracias Mundo”, original del inolvidable Don Lito Peña. Tras el toque sublime, el remate se dio entonces con “Botaron la pelota” y “Lluvia”, ambas interpretadas magistralmente por Gilberto.

Con un Choliseo lleno a capacidad, el aplauso de cierre debe haber sido como un bálsamo de felicidad para el ahora Doctor Fernando Luis Rosario Marín, conocido por todos como Willie Rosario. Los aplausos otorgados por el público fueron mucho más que un reconocimiento a un músico de una trayectoria respetable. Sobre todo cuando la asistencia no se limitó al público nacional sino también a admiradores que viajaron para la celebración desde países hermanos como Colombia, Perú, Panamá, Venezuela y México.

Sin lugar a dudas, el concierto del sábado selló una de las semanas más felices en la vida de Don Willie Rosario… Allí recibió también el aplauso de un pueblo que le otorga otro Grado Honorifico en eterna admiración.

Fundación Nacional para la Cultura Popular

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *