Siempre auténtico Gilberto Santa Rosa

El ‘Choliseo’ José Miguel Agrelot estaba repleto de salseros. La algarabía en todo el coliseo aclamaba buena salsa y la entrada de ‘El Caballero de la Salsa’, Gilberto Santa Rosa. Un salsómano bebida en mano, buscaba su silla mientras interpretaba un estribillo de ‘Que manera de quererte’, como un presagio de que el tema, sería expuesto en el concierto.

Como preámbulo a la música, los animadores El JD, Alex DJ (Puerto Rico Gana) y el comediante Otilio Warrington (Bizcocho) avivaron al público con certificados de regalos, sorpresas y sus ocurrencias. La orquesta se apoderó de la gran tarima que en su fondo contaba con una inmensa pantalla. Los primeros acordes y notas sonaron y la audiencia ovacionó con euforia, porque sabía que en cualquier momento entraría a escena ‘El Caballero de la Salsa’. La pantalla moderna y colorida, mostraba datos informativos sobre el cantante, los cuales se enlazaron con los estruendos y euforia por la entrada del salsero.

La agarro bajando’, fue el tema de apertura en donde Santa Rosa con amplia sonrisa y bailando brilló rápidamente con sabor y dulzura. El tema fue coreado por muchos en el Choliseo, que movían sus cuerpos desde sus asientos. Un solo de Rebeca Zambrana (trompeta) añadió sazón al arranque. ‘Montón de estrellas’, continuó con la elegancia vocal de Gilberto, quien fue respaldado por un sonido potente de los metales. ‘Cartas sobre la mesa’, siguió con la salsa y sabor de la rítmica percusión de Pete Perignon (timbal), Gerardo Rivas (tumbadoras) y Rafael Echevarría (bongó).

Con gran dicción, voz clara y melodiosa, el cantante expuso el éxito ‘Impaciencia’, que contó con dos flautas como respaldo, que cambiaron la confección de los metales hasta el momento. Un toque y esencia particular aportaron Luis Marín (piano) y Juan Carlos Vega (teclados). Un magnífico tema que evocó grandes recuerdos entre el público.

Luego de cuatro piezas corridas, hizo una pausa para saludar e interactuar con el soberano. Momento que el público atesoró y compartió expresiones de cariño con el cantante.

El momento para un cambio de velocidad llegó con un popurrí de boleros que incluyó los cortes ‘Amor para la historia’, ‘Mentira’ y ‘Si te dijeron’. Santa Rosa se sentó y cantó con gran sentimiento. También en los boleros fue acompañado por su público. Marín y Vega, dejaron los teclados y guitarras en mano le dieron un toque más íntimo al momento. Otro momento mágico de Gilberto en su otra faceta como bolerista.

La salsa romántica regresó. ‘Desayuno’, ‘Déjame sentirte’ y ‘For sale’, reactivaron a los presentes que no se cansaban de hacerle coro a ‘El Caballero de la Salsa’, mientras Pedro Marcano (trompeta) legó un extraordinario espacio de improvisación. Incluso, todos los músicos en las moñas y espacios para los coros, bailaron y se vivieron el momento.

Por otro lado, el cantante salsero Ismael Miranda se encontraba entre el público y aprobaba contento la participación de su colega. Aplaudió a Santa Rosa, quien lució espectacular toda la noche. El cantante santurcino, se tomó unos minuto para volver a conversar con el soberano. Jugó a la retrospección y mencionó lugares en donde tocó su música, esos primeros años y comienzos como solista y líder de orquesta.

Una pizca rítmica de bomba se escuchó en las tumbadoras de Gerardo Rivas, quien fue respaldado por el bongosero Rafael Echevarría que echó mano a otra tumbadora para darle al tema ‘No me dejes solo’. Gilberto guarachó, bailó e hizo lo acostumbrado en este pegajoso y emblemático corte.

‘Almas gemelas’, fue la antesala del buen momento de la canción debutante de la noche, ‘Vamos a ver’, un sabroso y pegajoso bugalú, que con arreglo musical moderno evocó la era de ese ritmo. Tito Ortos y un bien acoplado grupo de bailarines adornó el escenario y plasmaron una excelente coreografía. Simultáneamente, la moderna pantalla al fondo reforzó la lucidez del hábitat en tarima. Otro acertado tema, donde Gilberto reiteró su versatilidad.

Una de las canciones más esperadas de la noche, no podía faltar. La audiencia no aguantó más tras el sonido de ‘Conciencia’. Buscaron cualquier espacio para lanzar sus pasos y movimientos. En los lados, y en todos los rincones. El salsero llevó en viaje a los presentes con un corte que surcó enormemente las ondas radiales.

Los soneos e improvisaciones de ‘El Caballero de la Salsa’, naturalmente no faltaron. Tampoco un homenaje póstumo (Por la calle del medio) a Tito Rojas. ‘Conteo regresivo’; y un popurrí con ‘Amor mío no te vayas’, ‘Vivir sin ella’, ‘Regalao’, ‘Perdóname’ y ‘Lo grande que es perdonar’, continuó la mecha salsera encendida.

‘Que alguien me diga’ y ‘Que manera de quererte’ culminaron con jaque mate la brillante y excelente noche salsera. Dejando claro que hay Gilberto Santa Rosa para buen rato; y que, sigue siendo auténtico, romántico y salsero de excelencia.

Fundación Nacional para la Cultura Popular

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