2021 será recordado como el año del quincuagésimo aniversario del lanzamiento del primer volumen de “Asalto Navideño” (Fania 399) de Willie Colón, Héctor Lavoe y Yomo Toro.
Ya no se consigue en el formato de disco compacto, pero la trascendencia de este clásico de la salsa es tan dramática que los ‘milenials’ ahora lo escuchan por Spotify y otras aplicaciones de música digital.
Días atrás me dieron pon en un auto de último modelo, de esos que ya no traen reproductores de cd, y la persona escuchaba en bluetooth el “Asalto” y en la pantalla digital de su auto se observaba la carátula, el título de la canción ¡y hasta los créditos del álbum original!
50 años después se debe reiterar que no es cierto que Yomo Toro llegara al estudio con una guitarra eléctrica: Willie sabía muy bien que deseaba el cuatro puertorriqueño, cuya sonoridad descubre con su abuela Antonia y a quien Héctor lo expone junto a su amigo de infancia en Ponce, Roberto García, el otro cuatrista que se escucha en la grabación.
El disco comienza con un seis chorreao instrumental que el locutor Polito Vega utiliza para presentar a los músicos de la orquesta y de inmediato escuchamos “Canto a Borinquen”, que a través de los años han cantado el propio Willie Colón, Marc Anthony, José Feliciano, Lucecita y otros.
Durante su carrera “Canto a Borinquen” fue la canción jíbara que mejor identificó a El Cantante. La cantaba de enero a diciembre, independientemente de que se celebrara o no la Navidad.
Lo cierto es que siempre que se acerca diciembre, la radio la difunde y los salseros la tocan en sus hogares, ratificando su matiz profético y reafirmando la promesa del trovador que jura que, después de muerto, le dedicará sus mejores versos a la tierra que le vio nacer.
Años después, LaVoe se escucha en cada Navidad con “Canto a Borinquen”, cuyo título original es “Patria y amor”, es una de las obras del trovador cagüeño Ramito grabadas por El Cantante.
Aunque Héctor imitaba a la perfección a Jesús Sánchez Erazo, el recordado Chuíto el de Bayamón, su favorito siempre fue Ramito. Héctor descubrió su música durante su infancia en el barrio Machuelitos en Ponce.
En la década del 50 los repertorios de Ramito, Chuito, La Calandria, Germán Rosario, Odilio González, Baltazar Carrero, José Miguel Class y otros trovadores surcaban la ondas radiales de enero a diciembre.
El cuatro, el aguinaldo y la décima campesina eran parte vigorosa del cancionero popular. En abril de 1963, semanas antes de emigrar a Nueva York, Héctor escuchó las decimas de “Patria y amor” en una presentación en vivo de Ramito en Ponce. En 1965 Ramito, cuyos discos eran distribuidos en la Gran Manzana, la estampó en el larga duración “El Cantor de la Montaña en controversia con La Calandria” (así se conoció a la trovadora Ernestina Reyes de San Lorenzo) acompañado por el Conjunto Rosas del Plata de Cheo Rivera, editado por Canomar Records.
El elepé llegó a sus manos en el apartamento de su hermana Priscilla, localizado en Bryan Avenue en el Bronx. Como todo hijo de Borinquen, al escucharla Héctor quedó fascinado con las décimas inspiradas por Ramito:
Tierra hospitalaria
Esa es Borinquen
Tierra de mi edén
Coge mi plegaria
Tierra necesaria
Oh, garza dormida
Mi canción sentida
No te ha de olvidar
Y yo te voy a cantar
Desde la otra vida
.
Originalmente Héctor ensayó la canción junto al amigo de su infancia Roberto García, un cuatrista que dirigía un sexteto en el Barrio Latino que lo invitó a cantar con él guarachas y boleros.
Ya en sociedad con Willie Colón, Héctor le sugirió que incluyera la canción en “Asalto navideño”, disco en el que participaron los cuatristas Yomo Toro y Roberto García. La grabaron e inmediatamente se convirtió en un éxito. El disco salió, pero como Lavoe había cambiado el título de la canción y algunas líneas sin el consentimiento de Ramito no incluyeron el nombre del trovador en los créditos.
Héctor y Willie Colón sintieron la inquietud de grabar un tercer volumen de “Asalto navideño” con canciones originales de Ramito y Chuito. El “Pot- pourrí III” y el aguinaldo con guaracha “Qué bien te ves”, incluidos en “The Good, The Bad & The Ugly”, de 1975, hubiesen formado parte del proyecto. Héctor incluso se disponía a grabar con Colón una segunda parte de “Canto a Borinquen”, basada en la composición de Ramito, “Dulce patria mía”.
Ay lei le, lo lai lo lelo lei…
Terruño sagrado
No te olvido a ti
Porque en ti nací Borinquen
Y en ti me he criado
Este ser me has dado
Con gran bizarría
Con grata armonía
Siempre te venero
Por ti vivo y muero
Dulce patria mía…
Cabe apuntar que hay personas en la industria del disco y el espectáculo que aún piensan que “Canto a Borinquen” es una melodía original de Willie Colón y Héctor LaVoe, cuando no es así. Otra composición del fenecido Flor Morales Ramos que LaVoe y Colón “tomaron prestadas” es el seis mapeyé “Recomendación”, plasmado en los surcos del elepé “Asalto Navideño, Vol. II”, distribuido por Fania Records en 1973.
Nuevamente la compañía y el famoso binomio omitieron el nombre de Ramito en los créditos. LaVoe la descubrió en el mismo elepé de “Patria y amor”. Su título original es “Necesito una mujer”, pero LaVoe la registró con su nombre como “Reco- mendación”.
Lo le lo lai le lo lala
Necesito una mujer
Para mi conformidad
Que sea buena de verdad
Y me pueda comprender
Y que venga recomendada
Oigan bien lo que le digo
por su abuela, su cuñado
Y su último marido…
Si se porta bien conmigo
Bueno con ella seré
Mucho a ella la querré
Y le daré su besito
Pero que no me coja de bobo
Porque yo no soy bobito…
LaVoe modificó las décimas de Ramito y aunque el concepto de la canción mantuvo su esencia, Héctor la firmó como de su autoría.
Lo cierto es que el mensaje es el mismo: la necesidad de la compañera ideal para compartir la soledad. El aguinaldo original, grabado por Ramito en 1965, versa así:
Necesito una mujer
Para mi comodidad
Que sea buena de verdad
Y me sepa comprender
Que las cosas sepa hacer
Y siempre me preste oído
Si es así como yo pido
Que venga recomendada
Por su abuela y su cuñada
Y su último marido…
[…] Yo nunca he sido celoso
Ni lo soy ni lo seré
Con la que venga sabré
Ser un modelo de esposo
Noble, afable y generoso
Siempre su amor respondido
Si es así como yo pido
Que penetre mi morada
Pero bien recomendada
Por su último marido…
Esta recomendación se la respetaré
Y si destruye mi fe
Yo le destruyo un riñón
Yo le destruyo un pulmón
Y la dejo sin sentido
Le dejo sólo un oído
Y hasta la nariz le muerdo
Para que lleve un recuerdo
De este último marido…
Décadas después ni Ramito ni LaVoe viven para entrar en disputas por plagio y reclamaciones por derechos intelectuales. Lo importante del asunto es la sensibilidad y el interés que el legado de Ramito, Chuito y otros trovadores despertó en El Cantante, quien –contrario a los salseros contemporáneos- se preocupó por grabar y perpetuar unas décimas que, de lo contrario, se hubiesen diluido en el pentagrama y la memoria popular.
No hay duda de que gracias a “Asalto Navideño”, desde la eternidad, Ramito, fallecido después de unas Navidades, en enero de 1990, y Héctor LaVoe se enfrascan en una amistosa controversia jíbara con el pie forzado:
Yo te cantaré Borinquen
Desde la otra vida…
Fundación Nacional para la Cultura Popular