“Nunca pensé que iba a ser compositor”

Mario Díaz tuvo “el honor” de hacerle tres canciones a Celia Cruz, de componerles temas al Gran Combo, a Lucecita Benítez, Oscar de León, Andy Montañez, La Orquesta de la Luz de Japón, entre otros artistas internacionales. De igual forma, expresa su orgullo, por haberles compuesto canciones a los artistas dominicanos Johnny Ventura, Dionis Fernández, Sergio y Kaqui Vargas, Alex Bueno, entre muchos otros.

Expresa que esa experiencia la lleva con orgullo, al igual que la historia de su vida en el mundo de la composición, en la cual se inició, a los nueve años, cuando escribió su primera canción para participar en un festival infantil, que organizaba su hermana, Aida Mercedes Díaz. Comenta que, aunque no recuerda el título de la canción, porque “era muy pequeño”, la escribió en el aula, mientras la profesora impartía las clases, en la Escuela Uruguay, del sector Villa Francisca, donde estudió los primeros cinco años de la primaria.

Mario Díaz, ganador de dos Grammys Latinos y varias estatuillas en los Premios Casandra, ahora Soberanos, cuenta con emoción, cómo junto a sus padres y hermanos creció en un hogar, donde “aunque con muchas carencias”, siempre estuvo rodeado de amor y, cuyos progenitores, le inculcaron valores, honestidad, amor al trabajo y a la Patria, ideales que defiende con orgullo, y que “les he inculcado, también a mis hijos”.

1. Sus raíces
Nací en el barrio Mejoramiento Social, 31 mayo de 1959, mi padre, Manuel Emilio Díaz Linares, fallecido, era un obrero portuario de La Pared de Haina. Mi madre, Argentina Arias viuda Díaz es barahonera, está viejita, vive en la casa de mi hermana menor, Ana María, que queda cerca de la mía. Somos ocho hermanos, cuatro hembras y cuatro varones, además de tres hermanos, por parte de mi padre. Aun con las estrecheces, nos criamos felices, gracias a Dios, porque teníamos unos padres amorosos, que nos enseñaron valores, honestidad, amor al trabajo, el respeto hacia los demás y el amor a la Patria, eso lo agradezco siempre. Recuerdo que nos partían un cuaderno y un lápiz por la mitad. A papá le gustaba mucho cantar, nos dejaba de reyes guitarras y saxofones plásticos. Mi mamá y a mi abuelita materna, Oneida Sepúlveda, también les gustaba cantar, al ser pentecostés, tenían la música en el corazón. Tengo mucha influencia de ellas, no hablo improperios, no me gustan las bebidas alcohólicas, no fumo. Mi papá era también un hombre muy sano, aunque fumaba, eso lo llevó a la tumba por un cáncer de tráquea, esa enfermedad nos quitó a nuestro padre”.

2. Composición
Viviendo en la Concepción Bona, al lado de mi casa vivía un señor llamado Papito Cabrera, le decían Papito Barriga, hermano de Yoyito Cabrera, tenía un combo, siempre me llamó la atención el bongosero, se llamaba Polito, veía la destreza como lo tocaba, recuerdo que me ponía dos laticas de salsa en las piernas y trataba de imitarlo. Después nos mudamos a la Juana Saltitopa, Villa Francisca, estudiaba en la Escuela Uruguay, ahí hice mis primeros cinco cursos de la primaria, allí comencé a escribir canciones, siendo un niño de nueve años. Mi hermana Mercedes organizaba unos festivales de la canción, a mí se me ocurrió participar con una canción hecha por mí, la escribí mientras la profesora daba las clases, aunque no recuerdo el tema con exactitud, porque nunca creí que iba a ser compositor, esa canción tenía un toque de romanticismo”.

3. Canción Cuanta Vida
En la escuela desarrollé el mal hábito de escribir canciones, mientras los profesores dictaban las clases, eso me acompañó hasta que me gradué en la universidad. Así nacieron muchas de mis canciones, como “Cuanta vida”, que grabó Sergio Vargas, la escribí de curso en curso en la UASD. También desarrollé el habito de estudiar solo, incluyendo matemáticas, en la que era malísimo, pero dominaba todas las demás materias, recuerdo que me iba al Parquecito de la Trinitaria a hacer mis ejercicios. Eso sucedía, porque no prestaba atención a las clases, porque siempre estaba escribiendo canciones”.

4. Un ídolo
Mi papá era mi ídolo, vivía apegado a él, me cuidaba mucho, porque era el más flaquito de mis hermanos, todo se lo tiraba a mi hermano Aquiles, siempre decía que no me pusieran a hacer fuerza, que yo iba a ganarme la vida en una oficina. Como Aquiles era fuerte, tenía que cargar todas las cosas pesadas. Lamento mucho que no vio mi explosión profesional, llevo siempre ese dolor, porque anhelaba poder mantenerlo, no lo logré. Papá se nos fue en 1980, empecé a producir dinero en el 84. Cuando papá murió, empezaba la universidad, tuvimos que tirarnos a la calle a buscar cuartos, pintaba letreros, llenaba diplomas en letras góticas, fue duro cuando nos faltó. A papá no le gustaba que trabajáramos, porque una vez, llevó a mi hermano Rafael a trabajar al muelle, y dejó de estudiar”.

5. Movimiento MCU
Al Movimiento Cultural Universitario (MCU) ingresé en 1984, andaba con mi guitarra para arriba y para abajo cantando canciones de contenido. En unas patronales en Cotui, el grupo completo no pudo ir, le dije al secretario general, Orlando Urbáez, que si me conseguían una guitarra cantaría un par de canciones, ahí debuté como cantautor con canciones propias, la gente se quedó sorprendida, cuando bajé del escenario, me hicieron una algarabía grandísima. El MCU fue mi vida, me enseñó bastante, aunque ya venía con la experiencia del Club Fase, donde había fundado un grupo músico vocal. En San Francisco de Macorís, rodeado de policías y militares, cantando canciones durísimas, decían pero el flaquito es guapo, recuerdo que en la semana anterior, a Manuel Jiménez lo habían agarrado preso, le rompieron la guitarra, pero a mí no me pasó nada, gracias a Dios. Aún mantengo contacto con el MCU, tenemos un grupo, ahí estamos Víctor Gerónimo, Aristóteles Monserrat, María de los Santos, el periodista Víctor Bautista, Manuel Cubilete, declamador y periodista, son muchos compañeros valiosísimos”.

6. Líder comunitario
Siendo dirigente del Club Fase, en la huelga nacional que se le armó al gobierno de Jorge Blanco, el pueblo se tiró a la calle, nosotros también lo hicimos, fue la única vez que mi hermano Aquiles y yo participamos en algo así, vivíamos en la Calle 13, antes de llegar a la Albert Thomas, en esa calle, había una que la cruza la 17, había un negocio de electrodomésticos, cuando la cosa se calentó, lo abrieron, empezaron a llevárselo todo, entonces vi que estaban utilizando el movimiento para vandalismo, le dije a Aquiles que nos fuéramos para la casa, que no era por eso que luchábamos. Una vez, fuimos a Castillo el equipo de música del MUC y el de softbol de la UASD, el chofer de la guagua venía dándose unos tragos, y mató una vaca. En lo que se pararon a teorizar si se traían o no la vaca para el comedor de la universidad, llegó la policía, nos llevaron preso al destacamento de La Vega, después de mucho tiempo, nos llevaron al de San Francisco de Macorís. En ese ir y venir, llegamos a la capital a la seis de la mañana del día siguiente, teníamos temor por las muchachas del grupo, no sabíamos cómo lo iban a tomar sus padres, entre ellas estaba la que era mi novia, pero gracias a Dios sus padres fueron comprensivos, y todo siguió normal”.

7. Primer Éxito
Mi primer éxito fue en mayo de 1985, todavía lo recuerdo, estaba encendida la radio de casa, empezó a sonar uno de mis temas, cuando oí la primera estrofa, me engranujé, fui corriendo contentísimo, hasta donde estaba el radio, el tema era “A veces”, lo grabó la Orquesta de Andrés de Jesús con Ray Polanco, estaba tan contento, que ni siquiera me daba cuenta que, cuando terminó esa canción, ahí mismo sonó “El Palacio”, la cantó Charly Rodríguez, cuando se independizo de Dionis Fernández. Pero ocurre, que no identificaba la canción, porque a él, la que lo volvió loco fue “Don Alcides”, un tema que, posteriormente grabó Robert Jeandor. A partir de ahí, donde llegaba me llamaban el compositor de “El Palacio”, gracias a Dios la gente me conoce por mi nombre, esos dos temas sonaron de forma consecutiva, ese fue mi debut con doblete en la radio. Soy un ser humano al que Dios le prestó un poco de talento”.

8. Primera canción
La primera canción que me grabaron, lo hizo la Orquesta la Media Naranja, 1983-1984. Eduardo Rodríguez, que escribía canciones, me mandó a buscar, pensé que quería uno de mis temas, pero él quería que le hiciera una canción con letras que decían “El ajo del país”, me di cuenta que eso tenía una perversidad por dentro, le dije que le iba hacer la canción, bien manganzona por cierto, pero que cuando saliera el disco no me pusiera en los créditos, no me sentía satisfecho con ese tema. Recuerdo que la grabaron, pero no tuvo compositor, esa canción, es como el hijo renegado”.

9. Premios
Obtuve dos Premios Casandra en 1988, por un montón de canciones como “No soy una maquina”, de Tony Olivencia, “Voy a Escarbar tu Cuerpo” de Lalo Rodríguez… También he ganado dos Grammy Latinos y uno americano, pero nunca los busqué, mis hijos viven guapo conmigo por eso, no iba a pagar un paquete de dólares por unos premios, que se supone me gané. El único vuelo que pagué fue a Miami para buscar un Disco Doble Platino por la canción “Amor de Colegio”, que le hice a Jerry Rivera. Esa producción vendió más de un millón de copias. Ese día recibimos ese doble platino, Raldy Vásquez y Víctor Víctor, que también recibió uno”.

10. Satisfacción
Mi mayor satisfacción fue cuando me grabó Celia Cruz, ella era la cereza en el bizcocho de la música tropical, lo mismo me pasó cuando me grabó el maestro Johnny Ventura, la cumbre del merengue. Una vez, José Alberto “El Canario”, que somos muy buenos amigos, me ha grabado muchas canciones, me dijo que Celia necesitaba una canción para completar su disco, le dije que la tenía, que se llamaba “Azúcar Negra”, ese título se me ocurrió en ese momento. Luego de un tiempo, como a las nueve de la mañana me llamó Raffi Mercado, disquero de Celia, me dijo que José Alberto le había dicho que tenía una canción para Celia, me preguntó el título, le dije que “Azúcar Negra”, se puso contentísimo, me dijo que así se iba a llamar la producción completa, me pidió que se la cantara, le dije que no podía, porque estaba fuera de la casa, pero en realidad sólo tenía el título, le dije que me llamara como a las dos de la tarde. Cuando cerré el teléfono, busque mi guitarra, lapicero y hoja, escribí la canción. Cuando me volvió a llamar, la tenía lista. A la semana de salir el CD, Celia me envió el disco y una fotografía suya autografiados, dándome las gracias por el aporte. Eso solamente lo ha hecho Celia de todos los artistas que les he escrito canciones. Además, Celia me llamaba para mi cumpleaños, cuando murió, en mi casa la lloramos como un familiar, ella era sumamente agradable, familiar, humilde, una gigante en todo el sentido de la palabra”.

Esposa e hijos

Estoy casado con Jackenia Sánchez, abogada, nos conocimos en la Sociedad de Autores, donde era vicepresidente, desde que nos vimos surgió el flechazo hasta la fecha. Tenemos un hijo en común, Jackmar Emil, ella tiene una hija de su anterior relación. Llevamos una vida como cualquier matrimonio, con sus altas y sus bajas. Tengo dos hijos de mis anteriores relaciones, Melody Arleen y Wilber Omar Díaz Zabala, viven en Estados Unidos, de los cuales estoy sumamente orgulloso.

Omar también escribe canciones, si el viviera en el país, ya le hubieran grabado varios temas, pero en Estados Unidos es más difícil. Jackmar Emil es mi proyecto de vida más importante ahora mismo, le puse Emil, en homenaje a mi papá que se llamaba Emilio.

Agradecido
Aun con las estrecheses con las que nos criamos, gracias a Dios, tuvimos unos padres amorosos, que nos enseñaron valores, honestidad, amor al trabajo, el respeto hacia los demás y el amor a la Patria.

Orgullo
Mi mayor satisfacción fue cuando me grabó Celia Cruz, ella era la cereza en el bizcocho de la música tropical. Lo mismo me pasó, cuando me grabó el maestro Johnny Ventura, la cumbre del merengue.

Dirigente
El MCU fue mi vida, me enseñó bastante, andaba para arriba y para abajo con una guitarra cantando canciones de contenido social”.

Agrupación
Con Domingo y Andrés, que eran dos percusionistas, formé un combito, ensayábamos en la acera de la José Martí”.

Destreza
El bongó fue el primer instrumento que dominé, llegué a tocar como bongosero en la Orquesta Las Llamas, de Eudy Polanco”.

Reconocimiento
Jackmar Emil, es mi hijo más pequeño, le puse Emil, como un homenaje a mi papá, que se llamaba Emilio”.

María E. Pérez

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