Catalino Curet Alonso fue uno de los compositores puertorriqueños más prolíferos del pentagrama popular. Su extensa cosecha musical, pródiga en clásicos discográficos y en difusión, lo convirtieron en uno de los autores que más canciones llevó al primer lugar de las listas de éxitos en el Caribe.
Nació en el barrio Hoyo Inglés del municipio de Guayama. Su madre era costurera; su padre músico de la orquesta de Simón Madera y profesor de español. Ante la separación de sus progenitores, Tite se mudó con su señora madre a Barrio Obrero en San Juan. Según contaba, cuando le solicitaba dinero a su padre, éste le devolvía la carta con la debida corrección de acentos y con el pedido cumplido.
Su carrera en la música comenzó con educación básica en teoría y solfeo con el profesor Jorge Rubián. Mas fue precisamente en 1965 cuando dio sus primeros pasos en el cancionero al componer en Nueva York varios temas para Joe Quijano.
Tres años más tarde, Tite compuso la canción «El gran tirano» para el bolerista cubano Roberto Ledesma. La no utilización del número por parte de éste le dio la oportunidad de adaptar la canción, en una versión femenina, para la legendaria cantante La Lupe. «La tirana» reafirmó la fama de la intérprete y convirtió al maestro Curet en una sensación del pentagrama popular. Con el éxito en la mano y rematando la conquista con «Carcajada final» y «Puro teatro», la carrera del compositor guayamés comenzó a despuntar en grande.
Con la efervescencia del éxito momentáneo, en 1969 sus composiciones regresaron a primeros lugares de las listas a son de bolero. De esta forma, Los Andinos popularizaron «Detuve el reloj», el trío Los Condes se anotó un acierto con “Brujería”, y el inolvidable Tito Rodríguez convirtió en clásicos «Tiemblas» y «Don Fulano”.
Al primer asomo de la década de 1970 la reconquista afroantillana convirtió a Tite Curet Alonso en uno de los compositores boricuas de mayor demanda en la salsa. Su agudo sentido de la observación y su dominio de la temática popular lo llevó a legarnos obras como «Las caras lindas de mi gente negra» y «De todas maneras rosas» grabadas por el sonero Ismael Rivera, «Periódico de ayer» interpretada por Héctor Lavoe, «Plantación adentro» compuesta para Rubén Blades, «La esencia del guaguancó» cantada por Pete «El Conde» Rodríguez y «El prestamista» y “Pa’ los caseríos” producidas para el maestro Rafael Cortijo.
En otros logros respetables, Tite le dio a Willie Colón el éxito «Piraña» y a Ray Barretto «Testigo fui» y «Vale más un guaguancó». Sin embargo, en toda su fecunda cosecha tropical la producción que realizó junto a Jerry Massucci para marcar el regreso de Cheo Feliciano a la canción fue un proyecto histórico que engendró clásicos como «Anacaona», «Mi triste problema», «Pa’ que afinquen», «Si por mi llueve» y «Franqueza cruel».
Simultáneamente, su versatilidad musical le llevó más allá de la salsa para incursionar en otros géneros como compositor. Así, en la balada produjo «Tema de Nilsa» que le grabara Johnny Olivo. En el campo rítmico del pop la vedette Iris Chacón convirtió “Mi movimiento” en su carta de presentación. En el merengue Tite creó para Los Hijos del Rey «Yo me dominicaniso». En la etapa del neofolklore le dio a para Tony Croatto el mensaje social de “A pico y pala” y el pegajoso «Cucubano»; tema que posteriormente grabó el quinteto internacional Menudo, y que también contó con una versión disco en español e inglés. Del mismo modo, sus composiciones navideñas han formado parte del repertorio de innumerables cantantes y grupos.
La obra musical del maestro Curet ha estado también presente en competencias internacionales. Como ejemplo, Los Hermanos Castro interpretaron su composición en portugués “Y después del amor” en el Festival de Río. En Buga, Colombia, Irma Bruno obtuvo el primer lugar con «Deja al poeta cantar». En el Festival de la Salsa en Venezuela Tite llegó a la posición cimera con «Sal saludando», interpretado por Cheo Feliciano.
En su labor como letrista, Curet Alonso ha trabajado versiones al español de numerosos temas internacionales como «Candilejas» de Charlie Chaplin, «Si yo fuera rico» del musical “El violinista en el tejado”, la balada “Hoy daría yo la vida” así como las primeras canciones que grabó Nelson Ned en nuestro vernáculo. Del mismo modo, sus composiciones han formado parte de la banda sonora de películas como «Mujeres al borde de un ataque de nervios», «Bad Habits» y «Godfather II». Junto a su labor como compositor, Tite Curet desarrolló una extensa carrera periodística a través de publicaciones como Variedades, Estrellas, El Mundo, El Reportero, Vea, El Vocero y Primera Hora. Publicó el libro «De la vida misma», así como mantuvo por años el programa semanal “Tropicalísimo” en Radio Universidad.
A su partida del plano físico, acaecida el 5 de agosto de 2003, el pueblo se volcó en las calles en expresión de duelo. Por años sus canciones quedaron fuera de la radio debido a una controversia con su entonces casa editora. Tras un intenso litigio en enero de 2009 unas 700 canciones de su autoría fueron liberadas.
Un año antes, su obra musical fue analizada en el libro “Tite Curet Alonso: Lírica y poesía” de la folklorista Norma Salazar. Mientras en 2010 Joe Quijano y Augusto Onna le dedicaron la obra discográfica “Lo inédito de Tite Curet Alonso”, distinguida como una de las producciones más sobresalientes del año en Puerto Rico y premio en Cubadiscos en La Habana. Meses más tarde, el Banco Popular le dedicó su producción de 2011 titulada “Sonó, sonó… Tite Curet”. Sobre la mesa queda la producción inédita “La poesía negrista de Tite Curet Alonso”, la cual fue grabada en 2002 bajo su supervisión por Norma Salazar y el grupo Plenibom para la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Javier Santiago