Puerto Rico.– Ir a un concierto de Juan Luis Guerra y 4.40 es siempre un deleite para los sentidos. Cada nota sobre el escenario contagia con ese sonido caribeño que les corre por las venas.
Fiel a su cita con el público boricua, tras una ausencia de tres años, el cantautor dominicano junto a su inseparable banda se presentó la noche del sábado ante un Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot lleno de tepe a tepe.
No hubo un alma que se resistiera al sonido y ritmo que con el paso de los años se han mantenido incólumes.
Cada uno de los temas que interpretaron fue una fiesta caribeña, entre mar y palmeras, como han bautizado esta gira de conciertos en la que han recorrido varias ciudades en Estados Unidos y como también han nombrado su más reciente álbum.