Gilberto Santa Rosa no es llamado el «Caballero de la Salsa» por accidente. Siempre demuestra su elegancia en su música y su trato con la gente, por lo que no es extraño que a la hora de escoger el nombre de su nueva gira haya decidido nombrarla «Auténtico», un concepto que conjuga su compromiso como artista con la salsa y el bolero, los ritmos claves en su exitosa carrera de más de 40 años.
El salsero boricua conversó con Diario Libre sobre su trilogía de conciertos el próximo 10, 11 y 12 de noviembre en el Teatro Nacional, en la cual espera recibir el cariño de un público dominicano que ha sido leal a su trayectoria desde sus comienzos como solista.
De boricua a boricua, esta fue la conversación:
¿Cómo anda la cosa Gilberto?
Todo bien, recogiendo haciendo maletas, ensayando, poniéndome ya en modo gira. A mí me gusta girar. Uno disfruta mucho el proceso. Siempre se conoce gente y vuelves a los sitios a visitar gente que ya conociste en el camino. Siempre hay un lugar nuevo para uno descubrir. Así que de verdad que a mí me gusta mucho girar.
Cuando empezamos a trabajar en el proyecto queríamos empezar en Puerto Rico y estábamos buscando un título acorde con los tiempos. Entonces se nos ocurrió ponerle «Auténtico», porque en esta época da mucho trabajo ser auténtico, porque la propuesta de la industria musical ha tomado un giro diferente y a veces es muy difícil mantener la autenticidad, porque todo el mundo quiere estar en la onda. Pues nosotros vamos a hacer auténticos, vamos a hacer lo que lo hacemos nosotros, como lo hacemos nosotros, con la idea específica de atender al que le guste la música que yo hago… Vamos con una orquesta muy buena, muchos de ellos tienen mucho tiempo conmigo y otros son muchachos jóvenes, pero es una orquesta muy dinámica y una puesta en escena muy dinámica, desde lo musical hasta lo visual.
¿El fanático de Gilberto Santa Rosa se va a topar allí con el Gilberto de siempre, con su salsa y su bolero?
Exactamente. En República Dominicana el repertorio romántico es importante, porque puedo puedo coquetear más con toda la fuerza del bolero, que en otros lugares está limitada a una o dos canciones. Ahí puedo cantar dos o tres temas más, lo que ayuda a la dinámica del concierto, que es bien bonito y bien montadito, y espero que la gente lo disfrute tanto como nosotros.
Son tres funciones, dos llenas y una tercera que se está vendiendo, ¿cómo describes ese respaldo del público dominicano a tu música?
Los dominicanos para han sido muy consecuentes conmigo. Me encanta cantar en ese teatro, así que saber que nuestra primera parada después de Puerto Rico es ahí, pues mejor todavía, porque vamos con más ánimo para la gira, que viaja allí después de haber iniciado en Puerto Rico. Tengo una historia particular con Dominicana, porque cuando yo fui por primera vez a la República Dominicana, yo fui en un plan profesional, y toda la industria me dijo: ´y a que tú vas para allá, muchacho, ahí no tienen vida´, y mira, hoy en día es uno de los lugares más importantes donde yo me presento.
¿Por qué es importante el teatro, Gilberto?
Soy un mejor artista en ese tipo de salas, en los teatros, y me siento bien en ese teatro, porque es un teatro bastante grande, pero a la vez tiene el sabor a intimidad, el sabor a cercanía. Entonces, esa energía que se crea ahí, a mí me gusta y las experiencias que he tenido en ese teatro han sido espectaculares. Me gusta volver a Dominicana y me gusta volver al Teatro Nacional. Siempre es bonito y es impresionante ver 20, 30, 40 mil personas en un estadio, pero el teatro tiene una magia especial, que a mí me llena y me hace ser un mejor artista. Es más auténtico en la cercanía y ahí no hay escapatoria, esto es cara a cara con el público, porque ellos se sienten más cerca, más en comunión con el artista. Es una televisión grande el teatro, tienes una pantalla ahí donde todo el mundo te ve, todo el mundo te siente las intenciones.
Son tres fechas, dicen que ninguna se parece a la otra. ¿Cómo ves esa dinámica de esas tres noches? ¿Esperas una magia diferente?
La energía es distinta los tres días. Hay lecciones del público, que a veces te sorprende, porque programas tu concierto, pero el público te sorprende y sentimos la vibra de la gente, por lo que improvisamos un poco. A veces sentimos que una canción en vez de hacerla en el lugar número 5, vamos a hacerla en el 10, y entonces hay una dinámica interesante ahí también, o sea, eso también lo hace espontáneo, lo hace auténtico. Hay una energía distinta y pueden pasar cosas en una noche que en la otra no pasan.
¿Participación dominicana? ¿Piensas integrar algún elemento local dominicano a los shows?
Lo he hecho otras veces, pero esta vez no lo tengo programado, pero quién sabe qué se nos ocurre e integramos a alguno de los colegas, como tuve la oportunidad de hacerlo con Pavel Núñez, Maridalia, Adalgisa, Johnny, el amigo Robertito del Castillo, Milly, obviamente, y muchos otros. Así que ojalá de aquí a allá se me ocurra molestar a alguien de los muchachos y les toco la puerta, que es una cosa que siempre he tenido la dicha de contar con el cariño y el apoyo de mis colegas dominicanos.
Has grabado también música de dominicanos. ¿En el repertorio estás previendo tocar música de autores dominicanos?
He grabado mucha música de compositores dominicanos. En el caso de Juan Luis Guerra, recuerdo con cariño que empecé a hacer versiones de su música cuando la música de Juan Luis era la música de los músicos. Todavía no era tan popular, entonces todos los músicos se recomendaban sus discos y yo me atreví a hacer un par de versiones. Eso sí está programado porque es una manera de dar las gracias, no solamente al público, sino a todas las escuelas de músicos, cantantes, compositores dominicanos con los cuales he tenido la oportunidad de compartir.
¿Cómo ves la salsa, en qué punto estamos con la salsa en este momento ante el avance de los ritmos urbanos?
La salsa no tiene el protagonismo que tenía, pero sí la vigencia. Hoy día, a pesar de todo, los artistas de salsa siguen teniendo mucho trabajo alrededor del mundo. No tienen el protagonismo que tenían en los 70, los 80, o los 90, porque han cambiado las cosas. No hay que ser ningún genio para saber que la música urbana es la que manda en estos días. Yo nunca he querido poner una contra la otra porque me parece que cada cual hizo su rumbo, evolucionó a su forma y gana o pierde adeptos por su propio esfuerzo, por su propia responsabilidad. Estamos ahora en un momento que hay una cantidad de salseros nuevos impresionantes, que como no tienen la visibilidad que teníamos nosotros en algún momento, están en desventaja en ese aspecto. Ése es el reto grande, el talento existe y son jóvenes, y mi opinión es que hay que cuidarlos porque son muy valientes, porque ellos quieren ser salseros en un momento en que se les hubiera hecho más fácil hacer cualquier otra música.
Gilberto, tienes 61 años en las costillas, 40 y pico de carrera, se dicen fácil… pero, ¿qué le queda por hacer al Caballero de la Salsa?
Uno siempre tiene un proyecto, siempre tiene un deseo de hacer algo y, a medida que pasa el tiempo, puede surgir algún otro proyecto, pero también tengo que decir que soy un tipo afortunado, agradecido, he hecho de casi todo en esta industria, he aprendido mucho, me ha ido muy bien, he fracasado en otras cosas, pero el saldo de toda esta carrera ha sido favorable, positivo. Entonces, puedo tener muchos proyectos, pero si mañana no pasara nada más, tendría que decir que me voy bien agradecido y bien feliz, porque cuando yo empecé a cantar de niño, tenía la ilusión de ser un gran artista, pero no sabía que esto iba a ser una carrera e iba a poder hacer vida. Así que si mañana se acaba la cosa, pues digo que a mí me fue bien y que me lo gocé.
Benjamín Morales