Después de seis décadas de treparse de tarima en tarima, el cantante puertorriqueño Robert Cruz Ramos, mejor conocido como Bobby Cruz, decidió el año pasado poner fin a sus conciertos en vivo. No fue fácil, admite, pero a sus 83 años es una decisión “prudente”. Ahora le está dando las últimas pinceladas a la que sería su última producción, un álbum que graba acompañado de The Cuban Golden Club.
Para esta leyenda viviente de la salsa el 2021 representa un año clave en su vida artística, la cual quiere concluir a lo grande, es por ello que teje proyectos en tres frentes: en la escritura a través de una serie de libros; el musical con una producción con sonidos cubanos y el cinematográfico con la filmación de Los reyes de la salsa, una película autobiográfica que estrenará Netflix.
Este cantautor que aún se conserva en buena forma gracias a la práctica del karate, contó detalles de sus proyectos y también sacó tiempo para hablar de su parte espiritual, esa que le permitió dejar atrás su agitada vida y que hoy lo lleva a compartir un mensaje esperanzador.
El primer libro que acaba de reeditar y estrenar por la plataforma Amazon es Cuando era niño, una novela que escribió hace dos décadas bajo el nombre Hubo una vez un niño. Sobre este texto explica que lo creó basado en experiencias que conoció en distintas cárceles.
“Cuando me convertí al cristianismo comencé un ministerio en las cárceles de Puerto Rico, luego visité otras en Panamá, Colombia y Venezuela. Me encontré que en la Biblia el señor dijo que nos acordáramos de los presos y comencé a llevar una palabra de aliento. Quedé sorprendido al encontrar en prisión a hijos de pastores y de familia cristiana, me cuestionaba cómo era posible que un muchacho criado en buena familia terminara preso, así que hice muchas investigaciones dentro de las cárceles y creé el personaje ficticio de Roberto Sandoval, un niño que se cría con excelentes padres, va mucho a la iglesia, pero termina siendo un hampón”.
La carátula de este texto tiene como protagonista a un niño barranquillero.
“Le pregunté a su padre si podía usar al niño en la imagen y le trasladó el interrogante al menor y este dijo ‘claro que sí’. Es un niño muy avispado”.
El segundo libro que lanzará este año será la primera parte de su biografía Contra viento y marea, enfocado esencialmente en su parte artística. “Recoge varios capítulos que muestra mis inicios en los que aparezco cantándole a unos chivos, hasta el momento en el que somos denominados ‘Los Reyes de la Salsa’”.
El tercer texto abordará desde su conversión al cristianismo hasta el presente. “Mi vida la podrán leer en dos partes, la primera abordando lo musical y en la otra mostraré mi parte espiritual”.
Al preguntarle sobre los aspectos más fuertes que encontró en prisión, sostuvo que “sin duda” fue impactante para él toparse con hijas de pastores cristianos, acusadas de cometer varios delitos.
“Eso me afectó emocionalmente, no estaba preparado de verdad para ver mujeres tan jóvenes y con una buena formación en valores privadas de la libertad”, contestó Bobby, advirtiendo que en la entrevista con esta casa editorial le subiría el volumen a sus audífonos, ya que en ocasiones se le hace difícil escuchar a sus interlocutores.
En 1987 para anunciar su conversión al cristianismo Richie Ray y Bobby Cruz grabaron en el álbum Los inconfundibles el tema Adiós a la salsa. Posteriormente fundaron más de 20 iglesias cristianas y siguieron realizando presentaciones multitudinarias a personas de todo tipo de religiones. Ahora, según confesó a este medio, no solo se despide de la salsa, sino de la música. “Si bien me retiré de las tarimas, he venido haciendo otras cosas, estoy trabajando en el álbum que probablemente marque mi retiro (Bobby Cruz con los Soneros dorados de Cuba), lo grabo en Cuba con The Cuban Golden Club. Esta será mi última producción discográfica porque a la edad que tengo creo que ya me llegó la hora. Este es un disco que no hago para recaudar dinero, sino porque quiero ganarme el Grammy americano y el Grammy Latino, que ya me los he ganado, pero quiero un par más”.
Este año también debe salir el filme Los Reyes de la Salsa que ya se terminó de filmar y está en proceso de edición.
“Se trata de una película bastante biográfica, pero dramatizada, sin embargo ya vi algunos avances y está bastante fiel a la verdadera historia artística de Richie Ray y Bobby Cruz. En la película verán nuestra parte musical, empieza con nuestra niñez, la forma cómo nos fuimos metiendo en la música y termina mostrándonos convertidos en leyendas”.
Sobre lo más impactante que le ha ocurrido en su vida y considera no debe faltar en su película es su conversión espiritual. “Por eso es que tengo que escribir la segunda parte de mi libro biográfico y Dios quiera que los que hicieron esta película se les ocurra hacer la segunda parte también, porque cuando se trata del cristianismo, la gente enseguida lo ve como algo religioso, pero es que la mitad del mundo es creyente en Dios de alguna manera u otra”.
Un dato que muchos desconocen es que este salsero se convirtió en gran amigo del fallecido Jorge Oñate, con quien tuvo la oportunidad de compartir escenario. Lo que más destacó del Jilguero de América fue su carácter y confesó que la noticia de su muerte le ‘pegó’ muy duro.
“Jorge Oñate fue un gran compañero y amigo. A mí me caía muy bien porque no le aguantaba nada a nadie, era bien echado pa’ lante. Tenía los pantalones bien puestos, lo admiré mucho por su talento, creo que el mundo vallenato pierde a una de sus grandes voces”.
Recordó una anécdota a su lado que le ayuda a reforzar el concepto que tendrá siempre alrededor de su templanza.
“En cierta ocasión unos artistas se apoderaron de la tarima y se metieron en el tiempo que a él le correspondía. Nosotros estábamos ahí también y yo dije que Jorge no iba a tomarlo de buenas maneras. Cuando culminaron dijo —este par de viejos prostáticos me robaron el tiempo—”, relató entre carcajadas.
Además de la muerte del Ruiseñor del Cesar, también lamentó la de los directores de orquestas Johnny Pachecho y Johnny Sedes. “Estoy pidiendo oración por Ismael Miranda que está malito. Yo aún no tengo planes de morirme, pero uno nunca sabe”.
En el encuentro virtual con EL HERALDO, se pudo ver una imagen al fondo que conjuga dos aspectos claves en la vida de Bobby Cruz: Dios y la música. Se trata de un cuadro con fondo blanco y letras negras que dice “Dios siempre está a” y debajo aparecen en un pentagrama las notas musicales “Mi, La, Do” (Dios siempre está a mi lado).
“El mensaje es que Dios se hizo hombre, vino al mundo a pagar por nuestros pecados y fue muerto y sacrificado para pagar con su muerte nuestros errores. Murió y ascendió a los cielos delante de ciento de personas. Entonces ¿cómo no creer en él?”.
Finalmente contó que ya fue vacunado contra la covid-19 en West Palm Beach, Florida- EE. UU. y que está ansioso porque pronto pase lo malo.
“Estoy listo para lo que sea, menos para cantar en tarima. No me he retirado de las iglesias y de la escritura, me encanta escribir, pienso que podré seguir dedicado a lanzar libros. Escribir un libro es más fácil que una canción, porque en una canción hay que resumir todo en unas cuantas líneas, en cambio en un libro tengo páginas enteras a mi disposición”.
El Heraldo