Casi cinco años después de que Bob Dylan fuese galardonado con el Premio Nobel de Literatura de 2016, Rubén Blades todavía no entiende bien por qué se armó tanto escándalo. Lejos de parecerle un exceso el que la Academia Sueca le diera el prestigioso premio por primera vez en su historia de más de un siglo a un cantante y escritor de canciones, el artista panameño opina que en todo caso se quedaron cortos y que debieron aprovechar la ocasión para reconocer a otros dos grandes compositores de Latinoamérica y el Caribe: el brasileño Chico Buarque y el puertorriqueño Catalino “Tite” Curet Alonso.
“Si el punto era demostrar el valor de la música popular, su posibilidad de ser considerada como un producto literario, (el Nobel) debió haber sido: Dylan en el norte, yo diría que Chico Buarque en el sur y, en el Caribe y Centroamérica, hubiera puesto a Tite Curet Alonso. Imagínate, van los tres, entonces hubiesen estado representados todos”, señaló Blades como parte de una charla en directo que se transmitió el pasado 14 de febrero a través de su página oficial de Facebook y en la que contestó decenas de preguntas de sus seguidores sobre diversos tópicos de su vida y carrera.
La afirmación de Blades, reconocido también como uno de los grandes compositores de la música popular en español y autor de temas como “Cuentas del Alma”, “Maestra Vida”, “Pedro Navaja” y “Patria”, surgió luego que un admirador le preguntara cuándo haría un dúo con Buarque, una leyenda de la música de Brasil. En su respuesta aprovechó la oportunidad para respaldar la decisión de la Academia Sueca en 2016 de reconocer a Dylan con el premio literario, algo que en el momento generó gran discusión y polémica, así como para expresar su admiración por la obra del músico y escritor brasileño.
“La exclusión de Chico Buarque, en mi opinión, es imperdonable. Chico Buarque influyó en todo el mundo, en todo el mundo”, dijo Blades en la conversación moderada por Daniel Aisemberg, su representante y mánager.
“La canción de Chico Buarque, Construção, es una de las cosas más espectacularmente exquisitas que yo he escuchado en la música popular”, destacó sobre el tema que recién cumplió 50 años de publicado. “Si tomas la letra de Construção y la imprimes, ¿quién va a decir que eso no es literatura? Y si tomas toda la obra de Chico Buarque, que es sumamente extensa, estás frente a un intelectual de primera línea. Cuánto me gustaría conocer a Chico Buarque… y cantar con él sería un honor. Por lo menos canté con Joan Manuel Serrat, que es otro de mis queridos ídolos”.
En el caso del boricua Curet Alonso, autor de clásicos de la música tropical como “Plantación Adentro” -interpretado por Blades-, “Lamento de Concepción”, “Las caras lindas” y “Periódico de ayer”, Blades resaltó el tremendo “honor” de haberlo tenido en su vida como amigo desde que lo conoció a principios de la década del 70 y hasta su muerte en 2003. Incluso, en otro momento de la charla, el panameño recordó que tras la muerte de Tite quedó pendiente la finalización de una ópera salsera para niños que se iba a titular “La campana en el fondo del mar”.
“Estábamos trabajando algo como Maestra Vida, pero para niños y niñas, titulado “La campana en el fondo del mar”, y era una historia relacionada con Hispanía, donde se desarrolla Maestra Vida. No sé dónde quedó la canción de Tite”, expresó sobre el proyecto que algún día quisiera retomar.
Blades se encuentra en Texas filmando la conclusión de la sexta temporada de la popular serie de TMC, “Fear the Walking Dead”, donde interpreta el personaje de Daniel Salazar. Según explicó, su compromiso actoral, sumado a la pandemia del COVID-19, han puesto pausa a sus planes de retomar la carrera musical, que en los pasados años le ha mantenido activo principalmente junto a la orquesta de Roberto Delgado.
“Loco” con los piononos
Por décadas, Blades ha dejado en evidencia su amor y cercanía a Puerto Rico, la tierra en la que nació su ídolo Cheo Feliciano y a la que le une desde un vínculo artístico y afectivo, hasta el gusto por los piononos, plato boricua que le marcó desde que lo probó por primera vez en el pueblo de Loíza.
“Pa’ los que no sepan qué es pionono, váyanse a Wikipedia, eso tiene que estar ahí, si no está ahí sería una tragedia. Yo le he dicho a la gente de Puerto Rico, ‘¿Ustedes quieren acabar con la deuda interna de Puerto Rico? Exporten piononos’. Cuando yo me muera, si existe un paraíso, yo espero que entre las cosas que nos ofrezcan haya piononos”, rememoró con una sonrisa, mientras relataba que en una visita a la isla, tras decir en un concierto que comió piononos, “al día siguiente al hotel llegaron como 300 bandejas de pionono y la banda y yo comimos pionono como locos”.
Los seguidores de Blades le enviaron también preguntas relacionadas a su relación con tres artistas boricuas de gran talento, popularidad e impacto en su vida: Ismael Rivera, Cheo Feliciano y Héctor Lavoe.
“Ismael Rivera es el sonero de los soneros. Un tipo único en su forma de atacar los soneos, de adaptar la clave a los soneos, de atacar adelante, irse por encima de los coros, etc. Él hizo cosas que nadie había hecho hasta ese momento en el género”, explicó Blades, quien dijo que fue muy amigo del recordado y fenecido “Sonero Mayor”.
De su “maestro” Cheo Feliciano, resaltó sus cualidades artísticas y humanas.
“La primera vez que esuché a Cheo me parecía que esuchaba una sonrisa. Si la sonrisa pudiera tener un sonido, sonaría como la voz de Cheo. Me encantaba el tono de Cheo, que era muy parecido al mío. Su malicia con los soneos, su humor. Los boleros los interpretaba magistralmente y para ejemplo ‘Mi triste problema’, del gran Tite Curet Alonso”, destacó.