El pentagrama se encuentra lleno de silencio tras la muerte del gran Johnny Pacheco. Era un dínamo en tarima. Sus dotes como director musical imprimían una energía en escena que contagiaba a todo aquél que lo veía. La escena en el recuerdo, pasearse de un lado a otro, dirigiendo al conglomerado de artistas más aclamado de la salsa, las Estrellas de Fania.
Junto al abogado Jerry Masucci creó el sello disquero más famoso del género de todos los tiempos, Fania Records, logrando copar e incorporar a su vez, otras compañías discográficas de ese momento.
El compositor, arreglista, director y productor dominicano Juan Azarías Pacheco, mejor conocido como Johnny Pacheco, hizo su carrera en Nueva York, donde llegó a temprana edad. El grupo del pianista Gil Suárez; ‘The Chuchulecos Boys’ -banda que fundó mientras estudiaba la escuela superior a mediados 50’- en la que tocaban unos jóvenes Eddie Palmieri y Barry Rogers; y The Mambaleros lo movió por los primeros senderos como músico. Para 1959, grabó con ‘el rey del timbal’, Tito Puente, tocando al lado de Ray Barretto, Gil López y Bobby Rodríguez.
Lo esperaba grandes momentos y experiencias junto a La Duboney de Charlie Palmieri; y la Alegre All Stars, hasta llegarle el éxito con su propia orquesta, Pacheco y su Charanga. El tema ‘El güiro de Macorina’, marcó el principio de una trayectoria de aciertos y la cosecha de éxitos fuera de serie.
Luego de varios años de triunfos con su orquesta, se unió al abogado Jerry Masucci para fundar Fania Records (1963). En 1964 grabó el disco ‘Cañonazo’, lo que inició con la dinastía Fania. Al sello se comenzaron a unir grandes exponentes de la música como Larry Harlow, Bobby Valentín, Willie Colón, Justo Betancourt y Ray Barretto, entre otros.
Para el arreglista, compositor, bajista y director de orquesta Bobby Valentín, la noticia del fallecimiento del músico lo golpeó muy duro, porque Pacheco más que su amigo era su hermano. Los unía una relación de familia que inició a finales de los 50’ cuando lo conoció en Nueva York.
“Esto me tomó por sorpresa. Sabía que estaba en el hospital y que había llegado bastante malito, pero esperaba que pudiera superarlo. Teníamos una amistad de familia. Lo consideraba un hermano. Estoy bien agradecido de toda la ayuda que me brindó por todos estos años. Lo conocí cuando yo tenía como 18 años… para ese tiempo, él tenía Pacheco y su Charanga”, dijo Valentín con gran pesar.
“Si no me equivoco fui el segundo o tercero en firmar con Fania luego de Larry Harlow. Él tuvo visión cuando grabó el primer disco del sello, ‘Cañonazo’… después seguimos Larry, yo y Willie Colón… y ya saben todo lo que pasó. Con ‘Cañonazo’ cambió de charanga al tumbao. Tenía la visión que la charanga iba a desaparecer. Los primeros arreglos se los hice yo… temas que cantó el gran Chivirico Dávila”, recordó Valentín que viajo con Pacheco y las Estrellas de Fania a diversos rincones de la tierra como África, Japón y otros lugares.
Recordó los memorables conciertos y grabaciones de la Fania All Stars en 1968 en Red Garter, las del Cheetah y Yankee Stadium.
“Siempre las Estrellas de Fania fue un éxito donde quiera que se presentó. Esta experiencia nos ayudó mucho a conocernos mundialmente. El sello Fania nos dio a conocer en cada rincón del mundo. Creo que solo, no hubiera logrado exponerme, y de la forma que todos lo hicimos con la Fania… viajamos el mundo entero”, culminó diciendo emocionado.
Durante los primeros años de la Fania, Pacheco grabó una buena cantidad de producciones. Por su orquesta pasaron y grabaron grandes exponentes del género como Chivirico Dávila, Monguito, Pete ‘el conde’ Rodríguez, Justo Betancourt, Celia Cruz, Melón, Héctor Casanova y Daniel Santos, por mencionar algunos.
Producciones como ‘La Perfecta Combinación’, ‘Los Compadres’ y ‘Tres de Café y Dos de Azúcar’ junto a ‘el conde’ marcaron una era. Otra producción, ‘Los Dinámicos’ en dupleta junto a Justo Betancourt, dejó clara la magia de saber cómo lograr combinaciones ganadoras; algo que le desarrolló un distintivo como productor.
El gran dúo creado con Celia Cruz fue consistentemente exitoso. Desde el disco ‘Celia & Johnny’ con el famoso ‘Quimbara’, sirvió de revolución para distintos proyectos que continuaron con el éxito del binomio por varias producciones discográficas.
‘Recordando el Ayer’ con la colaboración de Justo, Celia y Papo Lucca; y otros trabajos junto al cantante Héctor Casanova perpetuaron su prolífera dinastía de los años 70’.
Su peculiar voz en los coros, su antillano ritmo del güiro y su guapachoso sonido en la flauta, siempre serán recordado, porque el maestro cultivó un legado amplio que cautivó generaciones. Además, legó un amplio repertorio de composiciones que lograron tremenda aceptación salsera, éxitos inolvidables como ‘Mi Gente’ y ‘El Rey de la Puntualidad’, escritos para Héctor Lavoe.
Fundación Nacional para la Cultura Popular