Se ha mudado al «otro barrio” mi colega y amigo puertorriqueño, Carlos z y «El Cano», que era todavía un jovencito, le pidió que lo dejara cantar unos soneos. A Celia le causo gracia la audacia del joven y lo subió a la tarima. «El Cano» se boto y lo que me llamo la atención fue la capacidad para improvisar y el sentido del humor que le daba a sus soneos. Estuve seguro de su éxito y así fue. Lo vi hace meses atrás, cuando me enteré que no estaba a bien de salud. Tuve un tiempo libre de la serie que filmo y averigüé a través de un amigo, Faustino Vidro, como conectarme con su esposa, Yamira.
Me fui a Filadelfia, al hospital a verlo, y a darle un abrazo. Estaba como siempre, reído y optimista. No podía caminar pero los dos pensamos que sería cuestión de tiempo para volver a hacerlo. Pasamos un buen rato, me despedí y pensé que la próxima vez lo vería cantando en la tarima que dominó como pocos.
Se fue El Cano Estremera pero nos deja perlas como «La Boda de Ella». Todavía me río cuando lo oigo decir que necesitará «un alcahuete, que le cargue los anillos».
A Yamira, familiares, seres queridos, y a Puerto Rico, mi pésame y un abrazo grande, mío y de Panamá.
Buen viaje, «Cano».
Rubén Blades
28 de Octubre, 2020