Rubén Blades conquistó el Auditorio Nacional. Con su música, lírica y protesta, el cantante panameño hizo vibrar al público mexicano que coreó y bailó sus temas más representativos al ritmo de salsa y Big Band.
El intérprete de Pedro Navaja salió al escenario en punto de las 21:00 horas para comenzar su espectáculo con la canción Plástico, uno de sus éxitos y que habla de las personas que buscan guardar las apariencias.
Continuó con otras de sus canciones más recordadas como Pablo Pueblo, Decisiones y Lo pasado no perdona, pero fue al concluir ésta cuando recordó a su amigo, el escritor Gabriel García Márquez y la vez que conversaron sobre la mejor forma para cantar un cuento corto, lo que dio origen a la canción Ojos de perro azul, basada en la historia del mismo nombre del autor colombiano.
“La discusión sobre si la salsa es literatura o puede serlo o no, viene de hace mucho tiempo. Un día le dije a Gabo: ‘voy a escribir un cuento corto, le voy a poner música, lo voy a grabar y nadie se va a dar cuenta que es un cuento corto’ y Gabo me dijo: ‘¿cómo vas a hacer eso?’ y le respondí ‘lo que pasa es que lo voy a editar y lo voy a cantar de un sólo tirón, a capela, sin banda’. Gabo me dijo: ‘dale’ y la canción formó parte de un disco que solo compramos él y yo, porque los salseros odiaron el disco y los intelectuales dijeron que le había destruido el cuento a Gabo”, recordó “El Poeta de la Calle” al relatar la historia de cómo armó la canción Ojos de perro azul.
Durante el tiempo que duró la velada conducida por Rubén Blades en el Auditorio Nacional, estuvo presente el recuerdo del cantante mexicano Juan Gabriel, los escritores Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, así como a Mercedes Sosa, Cheo Feliciano, Lou Reed, y los salseros Héctor Lovoe y Willie Colón, éste último pronto se presentará próximamente en la Ciudad de México.
Blades también recordó cuando estuvo al servicio de su país e hizo énfasis en los problemas que traen la corrupción e inseguridad en las comunidades, especialmente donde vive desde hace 22 en Panamá, su país natal.
“Estuve del 2004 al 2009 separado de la música, el cine y de todo y durante esos cinco años la única canción que canté ese tiempo fue el Himno Nacional y fue una experiencia excelente porque me hizo una mejor persona. No hay cosa más linda que servirle a tu país y no robarle, no ser un corrupto”, dijo.
“Y esa gente que cree que el poder corrompe, yo digo que no, el poder desenmascara, que es distinto”, completó el cantante de 71 años que no paró de mover sus maracas y mostrar sus mejores pasos sobre el escenario.
La orquesta de Roberto Delgado acompañó a Rubén Blades a lo largo de las dos horas y media que deleitó a los asistentes a su concierto, quienes también pudieron escuchar otros temas como Amor y Control, Vino Añejo y Paula C.
Para cerrar la noche, Blades aprovechó para cantar Watch what happens y The way you look tonight, al ritmo de jazz y swing; sin olvidar a sus más recordadas y esperadas El Cantante y Pedro Navaja.
Rubén Blades aprovechó su estancia para visitar la Escuela Secundaria Técnica número 42 Ingeniero Alejo Peralta Díaz Ceballos, ubicada en la colonia Morelos, mejor conocida como Tepito, en la Ciudad de México.
“El Poeta de la Calle” ofreció una conferencia magistral en el plantel de Tepito, donde habló sobre el concepto de pobreza, el cual no siempre refiere a la falta de dinero, sino a la falta de espíritu; así como del fracaso y el éxito.
La escuela le dio al cantante una constancia por haber impartido la clase frente a alumnos, profesores y padres de familia.
En su concierto comentó: “He pasado unos días excelente acá, estuve en Tepito en una escuela, y la primera pregunta que me hicieron fue (de) una niña de 8 años y me preguntó qué sentía cuando canto y dije: ‘lo primero que siento es alivio cuando me sale la voz’”.
“Le dije: ‘yo canto canciones que he escrito; en su mayoría describen la realidad que yo viví en Panamá”, añadió el cantante.
Ana Herrera